El verano y yo nunca nos hemos llevado especialmente bien.

Por eso me he creado el diario visual de verano.

Es válido tanto si te gusta el verano, como si no.

No es un curso de fotografía, ni tampoco de escritura. Sin embargo, trabajaremos con estas herramientas.

Desde pequeña la época estival me ha parecido densa, demasiado larga y con cierta presión social por disfrutar.

Esa sensación siempre me ha hecho sentir fuera de lugar, como si no encajara del todo en lo que se supone debe ser uno de los momentos más felices y divertidos del año.

Nunca he sido muy playera, ni tampoco aventurera.

No es que sea aburrida, simplemente es que los veranos se me hacen largos.

Hace unos años, derretida en mi sofá, con las persianas bajadas y esperando que llegaran las 10 de la noche para salir a la calle, recuperé un recuerdo que se repetía cada verano en mi familia: cuando mi madre me llevaba a elegir las lecturas de las vacaciones.

Ese recuerdo me devolvió de algún modo la ilusión, porque sentí que si tenía un plan, entonces todo cambiaba a mejor.

A partir de ahí, eché la vista atrás y analicé cómo había sido esa época concreta a lo largo de mi vida.

Entonces caí en algo:

Paradójicamente, sin gustarme los veranos, me di cuenta de que en muchos de ellos había tomado grandes decisiones que cambiaban el rumbo de mi vida.

Así fue como empecé a ver los veranos desde otra perspectiva.

Dejé atrás las quejas por el calor, y me abrí a la creatividad.

Aquellos días de calor soporífero, de ventilador y tedio, eran en realidad algo muy útil y simbólico: auténtico VACÍO FERTIL.

Sabemos que la actividad en verano merma, se ralentiza.

Existe un freno, quieras o no, está ahí.

Puedes parar a conciencia o el parón viene impuesto por el exterior.

En cualquier caso, nada funciona igual en verano.

Me siento afortunada de haber visto con claridad que en esos momentos, aquellos en los que me veía obligada a parar, era cuando aparecían posibilidades, oportunidades o cambios.

Solo hace falta saber mirar.

Por eso te propongo un plan para este verano:

crear tu DIARIO VISUAL

Un espacio propio íntimo, sencillo y a la vez fértil, en el que empezar a contarte desde una perspectiva creativa, a través de la escritura íntima y la fotografía de registro.